_ BIO
Sabrina nació en 1974 en Córdoba y reside en San Luis desde hace más de 20 años. Estudió la Licenciatura en Pintura en la Universidad Nacional de Córdoba.
Es pintora, dibujante y afines. Participó en diversas muestras a nivel nacional y provincial. Algunas de sus obras premiadas se encuentran expuestas en Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de San Luis. En el año 2024, participó en la Clínica Polvo, un espacio de formación y reflexión en torno a la producción de arte contemporáneo con base en San Luis. En este año continúa con la 2° edición de la clínica de Polvo Plataforma.
La tierra es un gran equilibrio y, al mismo tiempo, un profundo desequilibrio. El equilibrio es transitorio: lo único permanente es el cambio.
El agua es incansable, su sonido ensordecedor. Corre sin pausa, mientras el olor a humedad se mezcla con las hojas en descomposición.
El instante que dura una burbuja antes de romperse es el mismo que nosotros duramos en esta tierra: una ínfima ración de tiempo. Como el moho en la inmensidad de la roca, que se aferra para vivir lo que deba vivir. Siempre el tiempo: preciado, eterno, efímero, escaso.
Detenerse a observar. Mirar con atención. Cerrar los ojos. Sentir el momento: la piedra, la hormiga, la hoja, el agua, la brisa, el olor, la luz y la oscuridad.
Bajo la sombra de un arbusto descansa mi cuerpo, cansado por el paso de los años, nostálgico por lo vivido y eufórico por el presente. El cielo celeste y brillante, como el techo de una habitación recién pintada, se extiende arriba. Allá, un pájaro aprovecha la corriente para sostenerse en lo alto y disfrutar de la vista.
La brisa golpea mi cara, enrojecida como la tierra que piso, y me refresca mientras murmura con las piedras sus secretos y sus penas. Pedimos permiso para estar, para habitarla y sentirla. Gracias por la posibilidad de sentirla.
Por Sabrina Offredi